Asociación de Propietarios de Perros de La Rioja

Educación y responsabilidad

 

Convivir en sociedad requiere el cumplimiento de la normativa legal. Convivir en armonía, dentro de esa sociedad, requiere además el esfuerzo personal por hacer efectivas normas de uso no obligatorias, desarrollando actitudes basadas en el sentido común e interés colectivo, que favorecen nuestra aceptación e integración en un entorno amable.

Los perros son seres extraordinarios, pero no son racionales. Que sus acciones no perjudiquen la convivencia en armonía es responsabilidad nuestra.

El estigma creado sobre los propietarios de perro nos tacha de gente incívica que no recogemos los excrementos, como si nuestras zapatillas o las zarpas de nuestros cánidos repeliesen el residuo orgánico de otros perros.

No obstante, todos los días se cometen imprudencias al volante que acaban con la vida de seres humanos y, pese a ello, a nadie se le ocurre hacer extensivo ese comportamiento imprudente sobre el conjunto de personas con permiso de conducción.

Así pues, teniendo en cuenta los miles de perros censados en nuestras ciudades, lo coherente es afirmar que la inmensa mayoría de propietarios de perros son exquisitamente responsables.

marquesina-autobus-logrono-perrosCampañas como la desarrollada en Logroño, por medio de carteles en las marquesinas de los autobuses urbanos, resultan atractivas pero no objetivas. ¿Debemos pensar que de toda la basura generada en la ciudad, es a los propietarios de perros a quienes más debemos educar?

Podemos preguntar al Ayuntamiento por las quejas vecinales que genera el botellón -cuya práctica, sin “alterar el orden público”, no está prohibida-, e indique cuál es el coste económico de su limpieza; o el de los chicles pegados por el suelo. Sin olvidar los cristales rotos en el césped, que producen cortes en las almohadillas de los canes, pinchazos en bicicletas, y también mala imagen. Imaginad qué pasaría con ciertas calles si no fueran limpiadas a diario de colillas de tabaco, papeles, envases, pipas, orines, etc. Especialmente los fines de semana.

¿Se hacen campañas de “señalamiento social” contra sus autores en las marquesinas de autobuses, como en el caso de los perros?

Los propietarios de perros estamos censados en un registro oficial (R.I.A.C.), a través del cual se nos puede informar de cualquier campaña que resulte positiva -cuyo coste puede resultar incluso más económico-, sin que ello suponga aumentar el estigma social mencionado.

Vertida la queja anterior, conviene de nuevo recalcar la atención que debemos prestar los responsables de perros por hacer efectiva la convivencia en armonía, evitando acciones que supongan un perjuicio para el resto de vecinos, o un deterioro de la ciudad.

Una actitud por nuestra parte de mayor control y educación hacia el comportamiento del animal, puede corregir fácilmente costumbres como la de escarbar hoyos en jardines y otros terrenos, por ejemplo.
Reforzando además su obediencia -especialmente si se trata de un perro de carácter inquieto-, podremos evitar que interfieran la marcha de corredores, ciclistas, o de personas que les sufren miedo, incluso en los horarios en el que nuestros canes pueden jugar y permanecer sueltos.

Algo que nos afecta y preocupa a muchos propietarios de perro, son las agresiones y situaciones de conflicto con otros perros, que derivan a veces también con sus responsables.
Sin lugar a dudas, un aumento de nuestros conocimientos en materia de comportamiento y lenguaje canino, hará evitable o reducirá notablemente esas situaciones de conflicto.
De la conocida frase “no existe perro peligroso sino dueño irresponsable”, se desprende que un dueño irresponsable puede ser aquél que no tome la atención, consejo, o preste el interés suficiente para corregir un comportamiento conflictivo o agresivo de su animal.

Por último, e igualmente importante, debemos aconsejar a quienes por primera vez se planteen la custodia de un perro, que previamente valoren los inconvenientes que el nuevo miembro de la familia puede acarrear, en tiempo y en dinero. Sabemos que son muchas las virtudes del perro, pero debemos estar dispuestos a variar en cierto modo nuestros hábitos de vida.
Ser propietario de un perro requiere ser, ante todo, responsable con la vida de ese animal. Los caprichos pasajeros no caben hacia un ser que compartirá más de diez años nuestra vidas.

En ocasiones tendemos a pensar, que nos resulta más económico aceptar un cachorro regalado, sin haber valorado previamente los costes de microchipado y vacuna antirrábica obligatorios. Siendo, además, muy recomendable otras vacunas específicas para su edad (ver Control Sanitario y Enfermedades).

Existen numerosas asociaciones a través de las cuales es posible adoptar un perro con esos controles sanitarios ya efectuados, que incluyen en su mayoría la esterilización.

Un consejo es no adquirir un cachorro si va a permanecer durante largos periodos de tiempo sin compañía. Además de los orines, deberemos tener cuidado con todos los objetos susceptibles de ser mordidos, y los posibles aullidos provocados por la soledad, con las consiguientes molestias para los vecinos. Adoptar a un perro adulto es la opción más aconsejable.

 

Disfrutemos con nuestros perros en armonía

 

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